sábado, 20 de septiembre de 2008

Una Luz de Esperanza

Actividades de Formación: Curso de corta duración. 

Autor Juan Carlos Gomez Mendez, Magister en Gestión de Organizaciones de la Universidad de Cartagena, Colombia.


Una Luz de Esperanza

Cuanto más tiempo pasaba con ellos, más veía cómo su fe afectaba sus vidas y sus relaciones. Me dijeron que Dios me amaba incondicionalmente, pero que estaba separado de Él por una condición de alienación llamada pecado. Ellos dijeron que había enviado a Su único Hijo, Jesús, a morir en la cruz para pagar el castigo de mis pecados y que Él resucitó de la tumba para ofrecer vida nueva. Cuando depositara mi fe en Él, me explicaron, Él entraría en mi vida, perdonaría mis pecados, y comenzaría a producir la plenitud que había buscado.

Finalmente, a través de una simple, silenciosa actitud de mi corazón, dije: "Jesucristo, te necesito. Gracias por morir y resucitar por mí. Quiero aceptar tu regalo de perdón. Te abro la puerta de mi corazón y te invito a que entres. Dame la vida abundante que me prometiste". No hubo truenos ni relámpagos. Los ángeles no salieron por detrás cantando el coro "Aleluya" y no llegué a ser perfecto. Pero, gradualmente, comencé a ver cambios. Tuve una paz interior que nunca fluctuó con las circunstancias. Encontré libertad de la culpa y un nuevo propósito para vivir. He visto mi autoimagen mejorar y sentí la libertad de tomar riesgos para amar a otros sin condiciones.

Hay muchos ejemplos de cristianos exitosos y satisfechos: Roger Staubach de los Dallas Cowboys; Julius Erving, una estrella del básquetbol profesional; J. C. Penney, fundador de la cadena de almacenes; el Dr. Charles Malik, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas; Mark Hatfield, senador de los Estados Unidos por el estado de Oregon; Jerome Hines, Amy Grant, Pat Boone y Debbie Boone como artistas, y muchos más. Ser cristiano no garantiza un éxito supremo. Los cristianos tienen sus fallas también. Pero una relación con Dios puede mejorar tu autoimagen, ayudar a clarificar tus metas, fortalecer tu determinación y ayudarte a mejorar lo que hagas. La satisfacción personal que Cristo provee puede hacer una diferencia positiva también.

Así es cómo se puede hacer: recuerda la ilustración anterior acerca de tu compañero de cuarto, tu novia y tu profesor dándote alabanzas. Desafortunadamente, eso no pasa cada día. Pero Dios piensa que eres especial, tan especial que Él envió a Su único Hijo para morir en tu lugar. Cuando llegas a conocer a Cristo personalmente y te das cuenta de la magnitud de Su amor por ti, puedes encontrar fuerzas para aceptarte a ti mismo y mayor libertad para tomar riesgos prudentes. Puedes enfrentar el rechazo con la seguridad de que, aunque todo se vuelvan contra ti, Dios todavía te seguirá amando. Sabiendo que Él quiere lo mejor para ti, puedes incrementar tu determinación para trabajar duro por metas que valen la pena.

¿Qué acerca de ti? ¿Tu definición de éxito incluye la satisfacción personal? ¿Has encontrado el éxito? ¿Tu éxito es suficiente para sostenerte a través de los tiempos duros que puedas tener de aquí en adelante? ¿Has encontrado la satisfacción personal? Qué tragedia seria pasar la vida entera trepando la escalera del éxito sólo para alcanzar el tope y descubrir que la escalera está apoyada contra la pared equivocada. ¿Estás dispuesto a considerar cómo Jesucristo puede hacer una diferencia en tu vida?


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